– Marina Muñoz Cervera –
La «polisarcia» u obesidad exagerada es una realidad en el pasado y en el presente.
El cuadro de Fernando Botero, que ilustra entrada, es solo una pequeña muestra de la obesidad, sin embargo, la realidad supera al arte y un artículo publicado el El País, el 31 de enero del presente año, nos cuenta algunas referencias sobre esta enfermedad.
En 1793 un norteamericano llegó a morir con 454 kilos de peso y en el año 1856 murió un francés que pesaba 265 kilos.
En 1896 se creó en París «el Club de los 100 kilos» cuyos miembros se reunían para celebrar grandes banquetes.
En el año 1900 un austriaco de 232 kilos fue premiado en la Exposición Internacional de París, su cintura medía 2 metros de circunferencia y cada pierna, 107 centímetros.
Hay también, otro caso documentado, de un hombre de Bainbridge Island que llegó a los 635 kilos, sufría obesidad mórbida desde su niñez y vivió 42 años, hasta septiembre de 1983 con un peso de 352 kilos y un IMC de 105,3 alcanzado tras tratamiento hospitalario.
Se menciona que las cifras más alarmantes proceden de una norteamericana que alcanzó los 726 kilos de peso y murió en el mes de julio del año 1994.
Un ciudadano mexicano alcanzó la cifra de 597 kilos y fue presentado en Discovery Channel en el año 2007 como el hombre más gordo del mundo; en el año 2010 logró bajar a 230 kilos con tratamiento médico. Aún vive inmovilizado en una cama.
El mismo canal de televisión presentaba, ayer, 1 de febrero de 2014, a una mujer joven que había alcanzado los 490 kilos de peso y después de dos años de tratamiento médico intensivo consiguió bajar a un poco más de 100 kilos. Semejante volumen acompañado de linfedemas (retención de líquidos) en las piernas, la inhabilitó totalmente, hasta el punto de no poder caminar durante 9 años.
Todos los casos mencionados son historias reales que podemos encontrar en internet, a través de sus nombres; no los menciono porque no me ha parecido necesario. Son situaciones extremas que se han hecho públicas, pero pueden existir personas anónimas que estén viviendo problemas similares.
La obesidad ha sido y sigue siendo objeto de espectáculo y mofa, como otras deformidades curiosas del cuerpo humano.
El término «Polisarcia» hace referencia a la gordura exagerada de las personas.
Nuestra elástica piel es capaz de almacenar cualquier cantidad de comida, en forma de grasa, que nos comamos a diario y durante años. El único límite que nuestra naturaleza impone, es la enfermedad seguida de muerte por un sin fin de enfermedades asociadas, si no se pone ningún freno.
Ya sabemos a dónde podemos llegar, solo nos queda plantearnos si merece la pena no abordar el problema. A pesar de que hay muchas circunstancias humanas que desencadenan la necesidad de comer sin límites, detectar el sobrepeso y buscar ayuda es el primer paso para no caer en lo descrito anteriormente.
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La obesidad y el sobrepeso
Fuente:
Xavier Theros. El País Cataluña. «El club de los cien kilos». 31 de enero de 2014.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/01/31/catalunya/1391200414_050205.html
Última revisión: 26-02-19