– Marina Muñoz Cervera –
La Rumiación o mericismo es la regurgitación repetida de la comida del estómago a la boca.
El término «mericismo» procede del griego «merykismós» que significa «acción de rumiar» y es una afección en la cual los alimentos, después de una permanencia más o menos larga en el estómago, se vuelven a la boca por un movimiento de retrocesión y pueden ser nuevamente deglutidos e ingeridos o bien, son expulsados.
Se produce una contracción del estómago que da lugar a una regurgitación, análoga a la «rumia» de los animales herbívoros, de ahí su denominación.
El mericismo puede ser voluntario y provocarlo la misma persona o bien involuntario, pudiendo ocurrir durante el sueño y, en estos casos, la peor consecuencia puede ser el ahogamiento.
Se describe sobre todo en los niños, pero también puede darse en adultos. En los niños suele aparecer entre los 3 y 12 meses de edad y son característicos los siguientes síntomas: el niño tras el consumo de sus alimentos, se sume en una especie de ensimismamiento, es decir, en un estado de intimidad consigo mismo, desentendiéndose del mundo exterior, y adopta una postura con la espalda arqueada y la cabeza dirigida hacia atrás; con movimientos de succión de la lengua, regurgita la comida parcialmente digerida, actividad que aparentemente le resulta agradable. Sin embargo, entre las comidas, el niño está irritable y hambriento, este último síntoma puede despistar porque puede tender a comer más, pero se va instaurando una malnutrición progresiva que afecta a todo su desarrollo ponderal.
Este comportamiento en los adultos puede utilizarse como mecanismo para obtener una pérdida de peso, sin embargo, las consecuencias pueden ser muy graves. No es infrecuente su asociación con anorexia nerviosa o con bulimia, pero es estos casos, el diagnóstico de rumiación no se establece como tal porque predomina el trastorno primario.
Criterios diagnósticos del DSM V.
La Rumiación está incluida en el último Manual de Diagnóstico de la Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, DSM-V, dentro de los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos. Para el diagnóstico de este trastorno es necesario que concurran los siguientes criterios:
1.- Regurgitación repetida de alimentos durante un período mínimo de un mes. Los alimentos regurgitados se pueden volver a masticar, tragar o se escupen.
2.- La regurgitación repetida no se puede atribuir a una afección gastrointestinal asociada u otra afección médica (por ej. reflujo gastroesofágico, estenosis pilórica).
3.- El trastorno alimentario no se produce exclusivamente en el curso de la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, el trastorno de atracones o el trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos.
4.- Si los síntomas se producen en el contexto de otro trastorno mental (por ej. discapacidad intelectual u otro trastorno del desarrollo neurológico), son suficientemente graves como para justificar atención clínica adicional.
Se considera que el trastorno de la Rumiación ha remitido cuando después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios descritos, no se cumplen durante un período continuado.
El diagnóstico de este trastorno exige la modificación de la conducta, estableciendo nuevos comportamientos que compitan o impidan realizar la regurgitación. La técnica más empleada es la respiración diafragmática ya que impide realizar la regurgitación de forma simultánea.
¿Por qué se produce este trastorno?
En todos los casos, hay que descartar patologías orgánicas congénitas o adquiridas que pueden ser causa de regurgitación, como el reflujo gastrointestinal, la estenosis del píloro, hernia de hiato, reacciones secundarias a fármacos, alergias, enfermedades metabólicas, convulsiones, tumores, entre otros.
Se suele dar más en varones que en mujeres y son factores predisponentes en los niños, los siguientes:
– La falta de estimulación y el abandono.
– Situaciones vitales estresantes.
– Problemas en las relaciones padres-hijos.
– Retraso mental.
En los adultos, el retraso mental también es un factor predisponente.
Consecuencias de la Rumiación.
Como en la mayoría de los trastornos alimentarios se producen carencias y desequilibrios nutricionales fundamentalmente en niños. Son menos frecuentes en adultos y jóvenes en los que este trastorno puede suceder de forma continua o episódica.
– Malnutrición.
– Halitosis.
– Problemas esofágicos graves.
– Problemas gástricos.
– Problemas dentales.
– Ahogamiento.
– Estrés respiratorio.
– Neumonía.
– Muerte.
En el caso de los niños, es muy importante establecer un diagnóstico preciso y lo antes posible para evitar serios riesgos, pero también en los adultos, porque un comportamiento como el descrito, además de esconder problemas orgánicos o mentales, puede ser el principio de un trastorno de la conducta alimentaria. Si los alimentos que ya han sido predigeridos por los ácidos del estómago y pasan nuevamente por el esófago para llegar a la boca, se pueden producir lesiones erosivas en las mucosas de todo el trayecto digestivo, que pueden dificultar una alimentación normal posteriormente. El hecho de escupirlos no solventa el problema.
Si nos descubrimos con una conducta reiterada de este tipo, es importante que acudamos al médico.
Entradas relacionadas:
La Pica, un trastorno de la conducta alimentaria.
La potomanía, un trastorno problemático.
Fuentes:
– “Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM V”. American Psychiatric Association. USA, 2014.
– Alberto Miján de la Torre. “Nutrición y Metabolismo en Trastornos de la Conducta Alimentaria”. Editorial Glosa.Barcelona, 2004.
– Nydia Víquez Faith. «Psicopatología de adultos. Trastornos Alimenticios». Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología. Costa Rica, 2014.
– Jaime Rodríguez Sacristán. «Psicopatología del niño y del adolescente». 2ª edición. Universidad de Sevilla, Serie Manuales Universitarios. Sevilla, 1998.
– J. Tomás, I. Quiles, N. Bassas. «Trastornos del comportamiento alimentario». centrelondre94.com
– Pedreira, J.L.»Los trastornos de la conducta alimentaria». centrelondres94.com
– Antonio Ballano. «Diccionario de Medicina y Cirugía» Suplemento. Tomo II. Universidad Complutense. Madrid, 1821.
– Guillermo Arce Martínez, Salvador Cervera Enguix, Pilar Gual García, Beatriz Quintanilla Madero, Ricardo Zapata García. «No te rindas ante los trastornos de peso». Ediciones Rialp, S.A. Madrid, 1990.
Imagen:
Procede del griego «merykismos» y «por qué» se escribe separado cuando se utiliza en una oración interrogativa.
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Hola
Tienes toda la razón¡ Muchas gracias por tu aportación.
Saludos y bienvenida a este espacio¡
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