– Marina Muñoz Cervera –
Los alimentos crudos y cocinados deben estar separados durante su transporte, conservación y preparación.
Esta es la segunda llave de inocuidad de los alimentos y es tan importante como la primera.
Los alimentos crudos, especialmente los jugos de aves, carnes y pescados pueden contener microorganismos peligrosos para nuestra salud. Si estos alimentos contactan con platos o productos que ya está listos para comer, pueden contaminarlos por transferencia de gérmenes, es decir, se produce una «contaminación cruzada».

























