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¿Son las flores alimentos?

hibiscus sabdarifa

Marina Muñoz Cervera –

Las flores, sus pétalos, estigmas, polen, etc. se han consumido desde la antigüedad, bien como condimentos y/o alimentos, bien como medicamentos; por ejemplo, la Flor de Jamaica, que ilustra esta entrada se come, entera, en ensalada (alimento) y también se bebe su infusión (por sus efectos diuréticos). El estigma de la flor del azafrán es una especie alimentaria que se utiliza en muchos países para dar sabor y color a los arroces, pastas, etc.

También se conoce el amplio uso de las mismas en  cósmetica y perfumería por sus propiedades aromáticas.

Sin embargo, hoy en día las flores comestibles aún no están consideradas como alimentos por los organismos internacionales como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), de hecho el Codex Alimentarius actual no las contempla como tales, no obstante, parece ser que la Comisión del Codex continúa revisando su situación; hay países que solicitaron su inclusión  junto a las frutas tropicales o subtropicales, en el año 2011, y otros, dentro del grupo de hierbas aromáticas, en el año 2012. El azafrán está contemplado como aditivo (1).

El Codex Alimentarius es un punto referencial, de ámbito mundial, cuya finalidad es garantizar alimentos inocuos y de calidad a todas las personas y en cualquier lugar. Su contribución a la protección de la salud de los consumidores y a la garantía de una prácticas equitativas en el comercio, es incalculable (1).

La Comisión del Codex Alimentarius, establecida por la FAO y la OMS en 1963, elabora normas, directrices y códigos de prácticas alimentarias internacionales armonizadas destinadas a proteger la salud de los consumidores y garantizar la aplicación de prácticas leales en el comercio de alimentos, entre otras funciones (1).

Seguramente la cultura popular,  los cultivos ecológicos y las taxonomías botánicas son, hoy por hoy, las mejores fuentes bibliográfica para el consumo de  flores comestibles.

Advertiros del peligro que puede suponer la ingestión de flores o partes de las mismas, procedentes de plantas, arbustos o árboles que hayan sido sometidas a tratamientos con plaguicidas o cualquier otro veneno. Aunque no hay normativa, se venden libremente en los mercados y no existen criterios de organismos internacionales para proteger su consumo.

Me imagino que, con el tiempo, hallarán un lugar entre los alimentos y existirán normas sobre su producción, envasado y comercialización, pero mientras no sea así, comer flores compradas en cualquier lugar puede ser un riesgo.

Las que se utilizan actualmente en gastronomía, como adorno o ingrediente culinario, están reconocidas por la experiencia de los chefs de cocina, ellos conocen sus especies y virtudes de sabor, olor  e inocuidad.

No todas las flores son comestibles, hay muchas venenosas, incluso tienen alcaloides muy fuertes que afectarnos al sistema nervioso central, por ello es mejor tener mucha precaución, y asegurarnos antes de que la especie de flor que vamos a consumir, al menos, está siendo utilizada desde hace tiempo, sin problemas, por otras personas. O bien, investigar sus propiedades taxonómicas, y una vez estemos seguros de su especie y género, de sus usos cotidianos y de si está libres de pesticidas, podremos plantearnos consumirlas con relativa tranquilidad.

Muchos de los principios activos de los medicamentos actuales, proceden de las plantas; cada parte de las mismas contiene una cantidad diferente de sustancias químicas (alcaloides y/o flavonoides, entre otros compuestos), en Fitoterapia se consideran como medicamentos,  y con ello os quiero decir, que su consumo aislado u ocasional puede no tener repercusiones, pero su ingestión continuada va a tener un efecto y hay que estar muy seguro de cuál es. De la misma forma, esos principios activos pueden interferir con fármacos que estemos tomando; las plantas no son exactamente inocuas, son grandes sus acciones beneficiosas pero también pueden ser grandes sus perjuicios, de ahí que os recomiendo cautela en su uso y sobre todo información veraz sobre las mismas.

Y para terminar esta entrada,  comentaros que los términos «alimento» y «comestible» no son superponibles. Según el Diccionario de la Real Academia Española» (2) el sustantivo «alimento» tiene dos definiciones en el sentido que estamos aplicando:

– Conjunto de cosas que el hombre y los animales comen o beben para subsistir.

– Cada una de las sustancias que un ser vivo toma o recibe para su nutrición.

En cuanto al término «comestible» es un adjetivo que significa:

– Aquello que se puede comer.

Pero también es un sustantivo definido como:

– Todo género de mantenimiento.

Popularmente, la palabra «comestible», se utiliza indistintamente como adjetivo y como sustantivo que denota el conjunto de alimentos que compramos o que nos comemos, por ejemplo, es común la frase: Vamos a comprar comestibles.

En el caso de las flores, muchas son comestibles, se pueden comer, pero actualmente no están reconocidas como alimentos por los organismos internacionales, que son los que definitivamente tienen la última palabra en materia alimentaria.

Fuentes:

(1) Codex Alimentarius. Normas Internacionales de los Alimentos. OMS, FAO.
http://www.codexalimentarius.org/codex-home/es/
(2) DRAE
http://www.rae.es/rae.html

Imagen:
http://cuidatusaludcondiane.com/flor-de-jamaica-tiene-efectos-diureticos/

¿Es saludable nuestra alimentación?

comida

Marina Muñoz Cervera –

El periódico, 20 minutos.es, ha publicado, hoy 25 de marzo de 2013, un interesante artículo, en el que manifiesta la opinión del Grupo de Revisión, Estudio y posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas GREP-AED-N, sobre la definición y características de la alimentación saludable (1).

¿Qué es una alimentación saludable?

«Aquella que permite alcanzar y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la salud, disminuir el riesgo de padecer enfermedades, asegurar la reproducción, la gestación y la lactancia, y que promueve un crecimiento y desarrollo óptimos. Debe ser satisfactoria, suficiente, completa, equilibrada, armónica, segura, adaptada, sostenible y asequible» (1)(2).

Ya hemos visto cuáles son sus características, pero ¿qué se entiende por cada una de ellas (1) (2)?

1.- Satisfactoria: agradable y sensorialmente placentera.

2.- Suficiente: que cubra las necesidades de energía, en función de las necesidades de las diferentes etapas o circunstancias de la vida.

3.- Completa: que contenga todos los nutrientes que necesita el organismo y en cantidades adecuadas.

4.- Equilibrada: con una mayor presencia de una amplia variedad de alimentos frescos y de origen principalmente vegetal, y con una escasa o nula presencia tanto de bebidas alcohólicas como de alimentos con baja calidad nutricional.

5.- Armónica: con un equilibrio proporcional de los macronutrientes que la integran.

6.- Segura: sin dosis de contaminantes biológicos o químicos que superen los límites de seguridad establecidos por las autoridades competentes, o exenta de tóxicos o contaminantes físicos, químicos o biológicos que puedan resultar nocivos para individuos sensibles.

7.- Adaptada: que se adapte a las características individuales (situación fisiológica y/o fisiopatológica), sociales, culturales y del entorno del individuo.

8.- Sostenible: que su contribución al cambio climático sea la menor posible y que priorice los productos autóctonos.

9.- Asequible: que permita la interacción social y la convivencia y que sea económicamente viable para el individuo.

La monografía llevada a cabo por GREP-AED-N cuenta con una importante y minuciosa bibliografía (2).

Vamos a profundizar un poco en el concepto de «macronutriente» porque es imprescindible que nuestra alimentación esté armonizada en su reparto. El término como su nombre indica engloba a  aquellos nutrientes que necesitamos en mayor cantidad. Y son:

– Glúcidos, también llamados hidratos de carbono o carbohidratos.
– Proteínas.
– Grasas.

Se podrían incluir en este grupo de nutrientes los Macroelementos: Sodio, Potasio, Calcio, Fósforo, Cloro, Magnesio y el agua de bebida porque aunque no es un nutriente, necesitamos una cantidad destacable de la misma al día.

De forma estándar, nuestras necesidades calóricas quedan cubiertas si nuestro reparto incluye: 55% de glúcidos (no más de un 10% de azúcares simples).
12- 15 % de proteínas (por lo menos un 10% de alto valor biológico)
35 % de grasas (preferente poliinsaturadas). 

El concepto el macronutriente lleva a la necesidad de conocer a los micronutrientes, es decir, aquellos nutrientes que nuestro organismo necesita en pequeñas cantidades, y son en términos generales:

– Vitaminas hidrosolubles: vitamina C y Complejo B (tiamina o B1, riboflavina o B2, niacina, piridoxina o B6, ácido fólico, cobalamina o B12, biotina y ácido pantoténico.
– Vitaminas liposolubles: : vitamina A, vitamina D, vitamina E y vitamina K.
– Microelementos (oligoelementos): : flúor, cinc, cromo, selenio, manganeso, molibdeno y cobre.

Y para terminar esta entrada comentaros que la distribución de alimentos se suele establecer por grupos y así lo reflejan las pirámides alimentarias de los diferentes países. Para conseguir la característica de «Equilibrio en la alimentación», no sólo tenemos que fijarnos en la proporción de macronutrientes sino también si contiene todos y cada uno de los grupos alimentarios y si cumplimos diariamente con las raciones que se recomiendan.
Los grupos alimentarios se establecen de diferente forma según el país en el que vivamos porque responden al principio de «divulgar y favorecer el consumo de alimentos propios del país de acuerdo con los principios de una alimentación equilibrada», pero en términos generales podrían ser:

– Lácteos y derivados
– Pan, cereales, féculas y patatas.
– Huevos, carnes, pescados y legumbres
– Verduras y hortalizas
– Frutas
– Aceites, semillas oleaginosas y frutos secos.

O categorías similares.

Las raciones recomendadas de cada grupo igualmente varían de un país a otro (según las costumbres, las necesidades y la disponibilidad), y la mejor forma que tenemos para orientarnos al respecto es conocer la pirámide alimentaria de nuestro país o del inmediatamente vecino, si no se dispone de ella o de una representación gráfica análoga. En el caso de que no nos baste con la información que describen las pirámides, bien porque nuestras circunstancias vitales sean diferentes a los demás, bien porque estemos en un país distinto al nuestro y no nos apetece adaptarnos a sus costumbres o por cualquier otra causa, podemos consultar a un profesional del tema, quien seguro nos dará la orientación adecuada.

La salud es un buen indicador de nuestra alimentación, no obstante, hay ocasiones en que las enfermedades no se manifiestan inmediatamente y necesitan el paso del tiempo para desarrollarse, por ello si nuestra alimentación cumple los criterios anteriormente mencionados, estamos dentro dentro de los límites de la normalidad establecidos por las medidas antropométricas (IMC, circunferencia de cintura, etc.) y estamos sanos y felices, queda claro que vamos por buen camino.

La alimentación es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo físico y psíquico de los humanos e influye definitivamente en nuestro  estado de salud y junto a la práctica de ejercicio físico conduce al óptimo estado de nuestro organismo.

Enlaces relacionados:

PIRÁMIDES ALIMENTARIAS DEL MUNDO
Los carbohidratos o glúcidos y su impacto en el reparto alimentario.
Consumo de glúcidos o carbohidratos.
Consumo de Ácidos Grasos: Conclusiones de una Consulta de Expertos de la FAO en el año 2008.
Las proteínas y sus funciones.
Los elementos minerales esenciales para el ser humano: Micronutrientes de origen mineral (Oligoelementos).
Antropometría: IMC y otros índices.
Alimentación y nutrición: Definición conceptual.
¿Qué se entiende por Nutrición?
La alimentación puede ser un “barco” que nos aproxima a nuestros sueños.

Fuentes:

(1) Juan Revenga. 20 minutos.es «¿Qué es una “alimentación saludable” y cuáles deberían ser sus características?» 25 de marzo de 2013.
http://blogs.20minutos.es/el-nutricionista-de-la-general/2013/03/25/que-es-una-alimentacion-saludable-y-cuales-deberian-ser-sus-caracteristicas/
(2) Basulto J, Manera M, Baladia E, Miserachs M, Pérez R, Ferrando C, Amigó P, Rodríguez VM, Babio N, Mielgo-Ayuso J, Roca A, San Mauro I, Martínez R, Sotos M, Blanquer M, Revenga J. Marzo de 2013. [Monografía en Internet: Definición y características de una alimentación saludable].
Disponible en: http://www.grep-aedn.es/documentos/alimentacion_saludable.pdf

Imagen:http://www.ssn.gob.mx/fotos/n4701.jpg
Origen: Servicios de Salud Nayarit. Tepic, Nayarit a 26 de mayo del 2011
http://www.ssn.gob.mx/noticias/noticia048.html

«Hambre» y «Apetito» Etimología.

Mesa con abundante comida para desayunar

– Marina Muñoz Cervera –

¿»Hambre» y «Apetito» significan lo mismo?

Busquemos en sus raíces etimológicas.

HAMBRE

La palabra «hambre» viene del latín vulgar famen, faminis, variante de la forma clásica fames, famis (que es la que quedó en otras lenguas romances) con el mismo significado. Al igual que en las palabras «hacer» (de facere), «hervir» (de fervere), famen perdió la f inicial, debido a una antigua tendencia del castellano que se inicia en el latín vulgar de ciertas zonas.(1)

APETITO

La palabra Apetito viene del latín appetitus (apetito, tendencia, instinto o fuerza) nombre de efecto de verbo appetere (intentar tomar, dirigirse a algo, pretender), compuesto de «ad» (hacia, idea de dirección o proximidad) y el verbo «petere» (dirigirse a, buscar, atacar, pedir) que genera otras muchas palabras como pedir, pedigüeño, petición, petulante, aparecer, competente, ímpetu, perpetuo, repetir, despedir, etc.

El verbo «petere» procede de la raíz indoeuropea «pet» (precipitarse, volar), que también dió en latín:

– la palabra penna o pinna (pluma o ala, aleta de los peces, almena de una fortificación o muralla), de donde viene la palabra peña, peñasco, peñón, pináculo o despeñar. Y con el valor de pluma genera las palabras penacho y pendón.

– el adjetivo propitius, de donde viene propicio o propiciar.

En griego dió la palabra «pterón» (ala o pluma), de donde vienen las palabras como áptero, coleóptero o helicóptero y, la palabra «potamós» (río, agua que se precipita), de donde vienen Mesopotamia (tierra media entre ríos) e hipopótamo (caballo de río).

¿Qué nos dice el DRAE sobre ambos términos?

En los significados del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el concepto «hambre» se refiere, en una de sus concepciones a «apetito», pero en las definiciones de «apetito» no se contempla el «hambre».(4)

– Hambre:

– Gana y necesidad de comer.
– Escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada.
– Apetito o deseo ardiente de algo.

– Apetito:

Impulso instintivo que lleva a satisfacer deseos o necesidades.

– Gana de comer.
– Deseo sexual.
– Cosa que excita el deseo de algo.

Por lo tanto, el apetito no implica tener necesidad de comer. Es importante saber que el hambre es fisiológica y nos lleva a alimentarnos, mientras que el apetito solo es un impulso.

Fuentes:

(1)(2)(3) Diccionario Etimológico español en línea. www.deChile.net
(4) Diccionario de la lengua española. Real Academia Española.

Imagen: http://tigreenterprise.files.wordpress.com/2009/12/buffet1.jpg

Última revisión: 22-08-18