– Marina Muñoz Cervera –
Una mala nutrición conduce al menoscabo de nuestro funcionamiento orgánico.
La malnutrición es una consecuencia directa de la forma en que nos alimentamos. Una alimentación excesiva, en base alimentos muy calóricos y desequilibrados en nutrientes, conduce a sobrepeso y obesidad, entre otros problemas de salud graves; mientras que la carencia de alimentos, ya sea por problemas de origen psicológico (anorexia nerviosa) y/o sociales (pobreza extrema), conduce a desnutrición y, en casos graves, la emaciación (delgadez extrema).