– Marina Muñoz Cervera –
En muchas ocasiones asociamos el término genérico de «dieta» con las pautas concretas establecidas en regímenes de alimentación diversos.
En esta entrada, vamos a desgranar estos conceptos para que no nos produzcan confusión.
El Diccionario de la Real Academia en 22ª edición nos define el término «dieta», desde el punto de vista biológico, como: «Conjunto de sustancias que habitualmente se utilizan como alimento» (1).
No obstante también se acepta la definición como «régimen que se manda observar a los enfermos o convalecientes en el comer y beber, y, por ext., esta comida y bebida.» e incluso, coloquialmente como «Privación completa de comer» (1).
La palabra procede del latín «diaeta» y ésta a su vez del término griego «δíαιτα», que significa «régimen de vida»(1).
En cuanto a la definición de «Régimen», se entiende como: «Conjunto de normas referentes al tipo, cantidad, etc., de los alimentos, que debe observar una persona, generalmente por motivos de salud» (2).
En el año 1990, un grupo de estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó un Informe Técnico llamado «Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas» y en su Introducción expresan (3):
«En el curso de la evolución los seres humanos (y sus antecesores primates) se adaptaron progresivamente a una amplia gama de alimentos existentes en la naturaleza, pero los tipos de alimentos y la combinación de nutrientes (en términos de carbohidratos, grasas y proteínas) permanecieron relativamente constantes a través de los siglos. La disponibilidad de alimentos era a menudo precaria y con frecuencia padecían hambrunas (3).
La revolución de la agricultura, hace aproximadamente 10.000 años, originó cambios profundos. Aumentó la capacidad de obtener y almacenar alimentos y se produjeron con preferencia algunos de ellos. En los últimos 200 años, la revolución industrial en los países desarrollados introdujo cambios radicales en los métodos de producción, elaboración, almacenamiento y distribución de loa alimentos. Las innovaciones técnicas recientes, sumadas a un mayor bienestar material y a estilos de vida que han permitido ejercer las preferencias alimentarias (ampliadas por las técnicas modernas de comercialización), han llevado a modificaciones importantes de la composición nutricional de la «dieta» en los países desarrollados» (3).
Como vemos la OMS utiliza la acepción biológica de la palabra «dieta» refiriéndose a los alimentos que normalmente consumimos los humanos.
Por tanto, parece ser que lo que no debemos confundir es la palabra «dieta» expresada en términos generales con la «dieta específica para una determinada patología».
Siendo así, la expresión «estar a dieta» no parece tener mucho sentido en sí misma a no ser que se le ponga un apellido, es decir, dieta de adelgazamiento, dieta para diabetes, dieta blanda, etc.
No caigamos en la trampa al leer la palabra «dieta» de suponer una comida escasa, pues dicho término, biológicamente hablando, no indica restricción alimentaria.
Una dieta sería, como consecuencia, el conjunto y cantidades de alimentos o mezclas de alimentos que se consumen habitualmente, aunque también puede hacer referencia al régimen que, en determinadas circunstancias, realizan personas sanas, enfermas o convalecientes en el comer o el beber (4).
La dietética estudia la forma de proporcionar a cada persona o grupos de personas los alimentos necesarios para su adecuado desarrollo, según su estado fisiológico y sus circunstancias. (4)
Fuentes:
(1) (2) Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.
(3) Organización Mundial de la Salud. Informe Técnico: Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas. http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/38855/1/WHO_TRS_797_(part1)_spa.pdf
(4) Nutrición y salud. La dieta equilibrada, prudente o saludable. Dirección General de Salud Pública y Alimentación, Consejería de Salud y Consumo. Madrid 2006.
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