La inocuidad de los alimentos durante los viajes.

inocuidad de los alimentos

– Marina Muñoz Cervera –

¿Cómo podemos minimizar los riesgos de enfermedades de transmisión alimentaria durante los viajes?

Al iniciar un viaje estamos expuestos a riesgos, sobre todo cuando vamos a algún lugar con bajo nivel de higiene y saneamiento y con deficientes infraestructuras para el control de la segu­ridad de los alimentos, de las bebidas y del agua de consumo.

Por ejemplo, la conocida como «diarrea del viajero» suele suceder en personas que viajan desde lugares con altos estándares de higiene a países con condiciones higiénico-sanitarias precarias, puede afectar a más del 80% de los viajeros con destinos de alto riesgo y suele suceder al poco tiempo de llegar al destino.

Otras enfermedades infecciosas de transmisión alimentaria que podemos contraer durante un viaje son: campylobacterio­sis, cólera, criptosporidiosis, ciclosporiasis, giardiasis, hepatitis A y E, listeriosis, salmonellosis, shigellosis, fiebre tifoidea, etc.

Lo más importante antes de comenzar un viaje de las características descritas, es estar bien informado sobre el lugar que vamos a visitar, para ello, deberíamos ponernos en contacto con los servicios médicos de Sanidad Exterior de nuestra ciudad.

¿Cómo aplicamos las llaves de la inocuidad de los alimentos a los viajes?

La OMS explica en un folleto informativo la orientación que debemos darle a las llaves para la inocuidad de los alimentos durante los viajes y es la siguiente:

1.- Mantener la limpieza:

Lavarnos las manos con frecuencia y siempre antes de consumir alimentos o tocar alimentos crudos, en especial, carnes.
En los mercados de los países de precarias condiciones higiénico-sanitarias suele haber animales vivos, es importante evitar el contacto con los mismos.

2.- Cocinar completamente los alimentos.

Tenemos que comprobar que los alimentos que vamos a consumir están completamente cocidos y calientes.

Debemos evitar lo siguiente:

– El consumo de mariscos crudos.
– Comer carne de ave que tenga un color rosado o cuyo jugo sea rosado.
– Consumir carne picada o hamburguesas que no estén completamente cocidas.

En los tres casos descritos hay microorganismos patógenos vivos.

3.- Consumir agua y alimentos saludables o seguros:

– Si tenemos la más mínima duda, es mejor no consumir helados, agua, hielo y leche cruda porque contaminarse fácilmente con microorganismos peligrosos o sustancias químicas, si están elaborados con ingredientes contaminados.

– Pelar todas las frutas y hortalizas si van a consumirse crudas, evitando aquellas que tienen la cáscara dañada o enmohecida porque se pueden formar compuestos tóxicos que ya hayan alcanzado al resto del alimento.

– Las verduras de hoja pueden contener pueden contener patógenos difíciles de eliminar, por ello, si no estamos seguros de las condiciones de higiene de los mencionados vegetales, mejor no comerlos.

– Como bebida, el agua embotellada es la opción más segura, si tenemos acceso a la misma, no obstante, será necesario comprobar que el cierre de la botella no ha sido alterado y se mantiene el de fábrica. Si, a pesar de lo anterior, tenemos dudas sobre la calidad del agua, lo más seguro es hervirla, al menos 20 minutos, antes de su consumo.

4.- Separar alimentos crudos de cocidos:

Tenemos que comprobar que los alimentos crudos no están en contacto con los cocinados en los bufés de hoteles y restaurantes donde comamos o cuando compremos alimentos a vendedores callejeros.

No debemos consumir frutas y verduras u hortalizas crudas, salvo que puedan pelarse y tengan la piel intacta.

Los platos que contienen huevos crudos o poco cocinados, como la mayonesa casera, algunas salsas y postres pueden ser peligrosos y es mejor no consumirlos durante el viaje.

5.- Conservar los alimentos a temperaturas seguras:

Los alimentos cocidos que se mantienen a temperatura ambiente durante más de 2 horas pueden contener gérmenes patógenos en actividad y son fuente de enfermedades de transmisión alimentaria.

No debemos consumir alimentos en bufés, mercados, restaurantes, ni en puestos de comida callejeros si no vemos que están siendo refrigerados, en hielo, a menos de 5ºC, o suficientemente calientes, a más de 60 ºC.

Para terminar con las precauciones que debemos tener en cuenta durante los viajes, solo comentaros que las personas que ya viven en los lugares con una higiene precaria, están acostumbrados a sus gérmenes y, aunque veamos con nuestros ojos que se están comiendo los mismos alimentos que nosotros desechamos, es fundamental no imitarles porque nuestro organismo no va a reaccionar de la misma forma. De igual manera, si nos dicen que no va a pasar nada por comerlos, es mejor no hacer caso y seguir las recomendaciones, que ya sabemos, por el mantenimiento de nuestra salud.

Si se trata de un viaje corto que podemos hacer por carretera y llevamos nuestros propios alimentos, es importante contar con equipos de refrigeración adecuados y poner en práctica las medidas ya conocidas para que nuestra comida sea segura.

Entradas relacionadas:
Las llaves para la inocuidad de los alimentos.

Fuente:

Organización Mundial de la Salud. «Guía para los viajeros sobre la inocuidad de los alimentos». OMS, 2007.

Imagen:
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