– Marina Muñoz Cervera –
El cinc es un mineral considerado micronutriente esencial. Tenemos que aportar este importante elemento con la alimentación y es imprescindible para el funcionamiento normal de nuestro organismo.
La carne es la fuente más importante de cinc pero también existe en otros alimentos como los gérmenes de los cereales, las legumbres, las nueces, el pescado, el queso curado, los huevos, las ostras y la levadura (1) (2). Las carnes de res, cordero y cerdo tienen más cantidad de cinc que el pescado. En las frutas y las verduras no encontramos una buena fuente porque este elemento traza no se encuentra tan disponible en la proteína vegetal, de ahí que las dietas vegetarianas o bajas en proteína animal tiendan a ser deficitarias en este mineral (1).
¿Qué funciones tiene el cinc en nuestro organismo?
La mayor parte de este ión se encuentra en la piel, huesos, dientes, leucocitos, testículos y cabello y el resto se localiza de forma predominante en el hígado, riñones, músculo (2) (3).
Es necesario para que nuestro sistema inmunitario funcione adecuadamente, en parte debido a su papel como cofactor de la hormona «timulina»; esta hormona regula la transformación de los timocitos en linfocitos T activos y también influye en la velocidad de proliferación de los linfocitos T (a través de la síntesis de DNA, interleucina 2 o ambos), lo que explica la disminución de la actividad de los linfocitos T helper o natural killer durante las deficiencias de cinc. Para este fin se acuñó el término de antioxidante «específico del sitio» porque el cinc se une con un espacio específico en la molécula y de esta manera evita su oxidación (2).
Juega un papel en la división y crecimiento de las células, al igual que en la cicatrización de heridas y en el metabolismo de los carbohidratos (1).También es necesario para los sentidos del olfato y del gusto; durante el embarazo, la lactancia y la niñez, el cuerpo necesita este mineral para crecer y desarrollarse apropiadamente (1). En la desnutrición crónica, la talla baja de los niños antes de los dos años, se puede corregir administrando cinc.
Se conocen por lo menos 50 reacciones enzimáticas dependientes de este elemento traza en los seres humanos, como por ejemplo su relación con las enzimas alcohol deshidrogenasa y fosfatasa alcalina. Además forma parte de factores de transcripción del DNA porque es un componente estructural de las histonas. También puede tener una intervención en la acción de receptores, como por ejemplo, los de la hormona de crecimiento y la hormona tiroidea. Asimismo la insulina se almacena en el interior de las células en forma de complejo con cinc y este efecto se utiliza para la insulina de liberación retardada.
Una revisión de expertos llevada a cabo en el año 2011 (Alison Evert, MS, RD, CDE, Nutritionist, University of Washington Medical Center Diabetes Care Center, Seattle, Washington. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.) (1) demostró que la ingesta de suplementos de este mineral durante cinco meses podría disminuir el riesgo de resfriado y si se empiezan a tomar a las 24 horas de la aparición de los primeros síntomas de catarro, puede reducir su duración y hacer que éstos sean menos intensos (1).
Un artículo publicado, hoy día 16 de agosto de 2012, en la Revista Jano que lleva por título: Descubren que el zinc es clave en la neurotransmisión cerebral, refiere que investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que este mineral es «clave» en la neurotransmisión del sistema nervioso y que su carencia se asocia depresión y otras disfunciones y dicen que es un «modulador de la excitabilidad neuronal» (4).
Síntomas de la deficiencia de cinc:
Los signos y síntomas de la deficiencia de este micronutriente esencial incluyen (3):
– Anorexia
– Retraso de crecimiento
– Maduración sexual retrasada
– Hipogonadismo e hipospermia en los hombres
– Alopecia
– Trastornos inmunológicos
– Dermatitis
– Ceguera nocturna
– Alteraciones del gusto (hipogeusia)
– Deterioro de la cicatrización de las heridas
Los primeros signos de deficiencia de cinc en niños con alimentación deficiente son (3):
– Crecimiento inferior al óptimo
– Anorexia
– Alteración del gusto
Requerimientos:
Las cifras recomendadas son simplemente orientativas para que sepamos si estamos consumiendo la cantidad adecuada porque están relacionadas con la edad, el sexo, el estado fisiológico, etc. No obstante vamos a conocerlas (1) (2):
Bebés:
– 0-6 meses: 2* miligramos por día (mg/día)
– 7-12 meses: 3* mg/día
*Ingesta adecuada (IA).
Niños:
– 1-3 años: 3 mg/día
– 4-8 años: 5 mg/día
– 9-13 años: 8 mg/día
Adolescentes y adultos:
– Hombres de 14 años en adelante: 11 mg/día
– Mujeres de 14 a 18 años: 9 mg/día
– Mujeres de 19 años en adelante: 8 mg/día
Con una alimentación variada y equilibrada cumplimos perfectamente con los requerimientos de este mineral sin la necesidad de ingerir suplementos (1).
Para que nos hagamos una idea, consumimos 10 mg de cinc si comemos: 115 gramos de hígado de ternera o 285 gramos de carne o 15 gramos de ostras o 185 gramos de queso curado o 285 gramos de trigo integral o 185 gramos de nueces.
Toxicidad:
La ingestión de cinc en grandes cantidades (200 a 800 mg/día) por consumir alimentos ácidos o beber de un contenedor galvanizado, puede causa vómitos o diarrea (3).
Tenemos que ser cautelosos con la ingesta de suplementos de cinc porque ingesta que oscilen entre 100 a 150 mg/día interfieren en el metabolismo del cobre y causan (3):
– Hipocupremia
– Microcitosis eritrocitaria
– Neutropenia
La llamada «Fiebre del humo metálico» o «Escalofrío de los fundidores de latón» o «Agitación por cinc» es un riesgo industrial causado por la inhalación de humos de óxido de cinc y produce daño neurológico (3).
Enlace relacionado:
Fuentes:
(1) University of Maryland Medical Center. Zinc en la dieta: Food sources.
http://www.umm.edu/esp_ency/article/002416fod.htm
(2) Biesalski – Grimm. Minerales y Oligoelementos. Nutrición Texto y Atlas. Editorial Médica Panamericana. Madrid 2009.
(3) Mark H. Beers, M.D. y Robert Berkow, M.D. Deficiencia y toxicidad de los elementos. El Manual Merck. Edición del centenario. Elsevier. Madrid 2003.
(4) JANO Medicina y Humanidades. 16 de agosto 2012.
http://www.jano.es/jano/actualidad/ultimas/noticias/janoes/descubren/zinc/clave/neurotransmision/cerebral/_f-11+iditem-17787+idtabla-1
Imágenes: