– Marina Muñoz Cervera –
El fósforo es necesario para nuestra vida, sin fosfato perdemos energía y nuestros huesos y músculos están débiles.
Este mineral se encuentra en muchos alimentos, incluidos los procesados y bebidas comerciales (en forma de fosfato), por eso no es frecuente su carencia.
Deficiencia de fósforo:
La rara carencia de este mineral puede presentarse en casos de delgadez extrema o emaciación, es decir, en desnutrición por falta de ingestión de alimentos, ya sea la causa por carencia de los mismos o por un trastorno alimentario como la anorexia nerviosa. También puede darse en ancianos con malnutrición.
Otras situaciones que aumentan la susceptibilidad de parecer esta deficiencia son:
– Consumo de antiácidos fijadores de fosfato.
– Hiperparatiroidismo.
– Carencia de vitamina D.
– Alcoholismo.
– Personas diabéticas.
Síntomas de la deficiencia:
Los síntomas obedecen a la disminución en la síntesis de la llamada «moneda energética» del organismo, el ATP, y de otras moléculas de fosfato orgánico. Es decir, sin fósforo no podemos fabricar ATP ni otros compuestos imprescindibles para nuestros procesos vitales.
Se presentan alteraciones neurales, musculares, esqueléticas, hematológicas, hematológicas, renales y de otro tipo.
Los síntomas de la hipofosfatemia son los siguientes:
– Pérdida de apetito.
– Anemia.
– Insuficiencia respiratoria.
– Susceptibilidad a infecciones.
– Dolor y debilidad muscular.
– Dolor óseo.
– Entumecimiento de las extremidades.
– Dificultad para caminar.
– Alteraciones neurológicas (irritabilidad , convulsiones, coma).
– Alteraciones cardíacas.
Toxicidad por exceso de fósforo:
El consumo crónico de una alimentación pobre en calcio y rica en fosfato puede originar una concentración alta persistente de parathormona y esta alteración se conoce con el nombre de Hiperparatiroidismo secundario nutricional.
Este proceso favorece un aumento del recambio óseo, disminución de la masa y densidad del hueso y la aparición de fracturas por fragilidad ósea.
La ingesta adecuada de calcio reduce los niveles de parathormona y puede inhibir la pérdida ósea.
La toxicidad por fosfatos es igualmente rara pero puede darse en algunas circunstancias como:
– Personas con insuficiencia renal.
– Hipoparatiroidismo.
– Durante los tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
– Niños con una alimentación en la que la relación calcio/fósforo está alterada.
– Adolescentes que reemplazan la leche por gaseosas ricas en fosfatos.
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Fuentes:
– L. Kathleen Mahan, Silvia Escott-Stump, Janice L. Raymond. «Krause dietoterapia». 13ª edición. Elsevier. Barcelona, 2012.
– Gladys Velásquez. «Fundamentos de alimentación saludable». Editorial Universidad de Antioquía. Medellín (Colombia), 2006.
– Lic. Marcela Licata.»El fósforo en la nutrición». Zona Diet.
http://www.zonadiet.com/nutricion/fosforo.htm
Imagen:
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